Desde el avión miro a la ciudad desaparecer.
Una mujer se persigna y pide una cerveza.
Algo dentro se desprende.
Hora y media después alguien pregunta dónde
estamos.
Yo estoy en el mismo sitio en que despegó el avión
y todavía oigo la lluvia.
Pero también tengo la sensación de que estoy en
ninguna parte
porque afuera todo pasa rápido
sin que yo pueda detenerme.
Desde aquí no veo gente.
Sólo líneas, grietas, heridas.
El viaje es también hacia adentro:
sólo líneas, grietas, heridas.
Gabriela Aguirre Sánchez, "La frontera: un cuerpo".
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